En Mendoza, la principal provincia vitivinícola de Argentina, la gastronomía y los vinos se entrelazan en una experiencia sensorial única. Esta provincia, situada al pie de la majestuosa Cordillera de los Andes, no solo produce más del 70% del vino nacional, sino que también ofrece una variedad de sabores y estilos que deleitan a los paladares más exigentes. Con alrededor de 900 bodegas, desde San Rafael hasta el Valle de Uco, Mendoza es un destino imperdible para los amantes del vino.
Hablar de Mendoza es hablar del Malbec, aunque no se limita a esta cepa. Luis Gutiérrez, crítico y catador de vinos, destaca que la región produce una diversidad de variedades que sorprenden. Desde los Malbec más intensos hasta los frescos y salvajes, pasando por Cabernet Franc, Syrah y Riesling, cada bodega ofrece un viaje único a través de los sabores del terruño mendocino. Además, la tendencia hacia la viticultura sostenible y la producción de vinos naturales está en auge, reflejando un compromiso con el medio ambiente.
La conexión entre el vino y la gastronomía es fundamental en Mendoza, donde muchos de los mejores restaurantes están ubicados dentro de bodegas. Un ejemplo es Espacio Trapiche, donde el chef Lucas Bustos y el enólogo Sergio Casé crean un menú que resalta la historia del vino argentino. Aquí, se puede disfrutar desde un clásico lomo de ternera acompañado de un Gran Medalla Malbec hasta platos más innovadores que desafían el paladar.
Otro lugar destacado es 5 Suelos, donde la chef Patricia Courtois y el sommelier Martín Krawczyk han diseñado un menú que narra la evolución del vino a través de 14 pasos. Desde el Inframundo Natural Blend hasta el homenaje a las primeras uvas llegadas al continente, cada plato está pensado para maridar perfectamente con los vinos de la bodega Durigutti.
Angélica Cocina Maestra, ubicada en la famosa pirámide de Catena Zapata, es otro destino que no se puede perder. Con un entorno impresionante, el menú se basa en los vinos de la bodega, permitiendo a los comensales explorar una variedad de etiquetas. Desde el Estiba Reservada hasta opciones de degustación que combinan tradición y modernidad, la experiencia culinaria es inolvidable.
Finalmente, Piedra Infinita, la bodega de la familia Zuccardi, ofrece un recorrido gastronómico en un entorno deslumbrante. Con un menú de nueve pasos que resalta los sabores locales, este lugar es un verdadero oasis en el desierto. Mendoza es, sin duda, un lugar donde la tierra, el vino y la gastronomía se unen para crear una experiencia única que honra su rica tradición y cultura.