El secreto detrás de los chorizos de cordero más famosos de Tapalqué radica en una receta ancestral que ha sido transmitida de generación en generación. En el corazón del campo, donde la naturaleza se entrelaza con la historia familiar, Facundo nos comparte su fascinante relato. La Tía Salamanca, una figura clave en su vida, simboliza el amor y la dedicación a la tradición ovina. Ella fue una madre y abuela para Facundo, brindándole apoyo incondicional mientras cultivaba su conexión con el campo.
En esta región, donde la primavera se hace esperar debido a un clima tardío, las ovejas pastan tranquilamente. Facundo describe el aire del campo como único, lleno de paz, silencios y amaneceres que inspiran. Lo que más disfruto de la producción es ver los nacimientos, dice, recordando los momentos en que los corderitos recién nacidos alegran las mañanas. La historia de su familia en la cría de ovejas se remonta a 60 años, y continuar con este legado es una fuente de orgullo para él.
La Salamanca, el emprendimiento familiar que comenzó en 2014, nació cuando Facundo regresó de La Plata. Con 120 ovejas de la raza pampinta, la familia se aventuró en la producción ovina. La elección de esta raza no fue al azar, ya que es conocida por su alta productividad en carne, leche y lana. Con el tiempo, la majada creció y Facundo comenzó a explorar nuevas maneras de comercializar su producto, buscando darle un valor agregado a la carne ovina.
Fue entonces cuando conoció a Juan Ponthot, su socio, quien le presentó la idea de vender cordero trozado y envasado al vacío. Juntos, comenzaron a experimentar y, tras varios intentos, decidieron innovar creando salames de cordero. Este producto, poco común en el país, se elaboró con recetas que incluían el romero, un ingrediente que resalta el sabor del cordero. Nos encantó el sabor, recuerda Facundo, quien se aseguró de que el producto fuera del agrado de todos antes de lanzarlo al mercado.
La familia Balquinta se involucra en cada etapa del proceso, desde la cría de ovejas hasta la comercialización en La Plata. Gracias al apoyo del municipio, ahora faenan en un frigorífico local, lo que les permite trabajar de manera más profesional y cumplir con todas las normativas. La Salamanca ha ganado reconocimiento, y su marca está registrada en la provincia, lo que garantiza la calidad de sus productos.
Además de la producción de salames, Tapalqué ofrece un atractivo turístico que combina ruralismo y relax. El complejo Termas Tapalqué, rodeado de naturaleza, permite a los visitantes disfrutar de aguas termales y una variedad de servicios de bienestar. Con una población de poco más de 9000 habitantes, este pueblo se convierte en un destino ideal para quienes buscan escapar de la rutina y conectarse con la cultura tradicional de la pampa húmeda bonaerense. La perfecta mezcla de la vida rural y el relax termal hace de Tapalqué un lugar único que invita a volver.