El mundo de las infusiones nos permite preparar las bebidas más ricas y nutritivas en sus formatos frío y caliente. Este es el caso del té que, si bien suele consumirse de forma caliente durante todo el año, puede disfrutarse en su versión fría para mitigar un poco las altas temperaturas veraniegas.
Además, como toda infusión, la confección del té helado -nombre que toma el té en su versión fría- es rápida, simple y no nos tomará más de unos pocos minutos. Con un poco de paciencia, mientras el té toma el frío necesario, podremos disfrutar de una bebida sana, nutritiva y, sobre todo, bien fresca.
¿Qué ingredientes se necesitan para hacer un té helado? Los ingredientes pueden ser muchos, o pocos, dependiendo de qué sabor queramos darle al té helado. En este caso, nos centraremos en una receta especialmente fresca, con toques ácidos propios del limón y el jengibre.
Para la receta del té helado con limón y jengibre necesitamos: 3 saquitos de té -preferentemente de manzanilla-, 1 litro de agua caliente -sin llegar a hervir-, un limón, 3 rodajas de jengibre lavadas y peladas, miel, menta, hielo y, por supuesto, la jarra donde enfriarlo y servirlo.
El primer paso será infusionar los saquitos de té en la jarra junto con el agua caliente. Allí, incorporamos también las rodajas de jengibre y dos cucharadas de miel. Luego, una vez que el té haya enfriado un poco vertemos el jugo del limón y llenaremos la jarra de hielos. Ya frío, terminamos de saborizar la mezcla con las hojas de menta bien lavadas.
Es necesario dejar enfriar bien el té helado para lograr no sólo que los sabores terminen de amalgamarse sino además la frescura necesaria que nos ayudará a mitigar un poco los calores de los días de verano.
El té helado es una forma rica y nutritiva de poder darnos un lujo gastronómico sin incorporar a nuestra dieta azúcares poco sanas o los conservantes propios de los productos procesados. Además, podemos disfrutar de esta riquísima infusión con amigos mientras tomamos un rico desayuno, un almuerzo ligero, una comida de media tarde e, incluso, la cena.
El té helado es una bebida todo terreno, rica, sana y fresca.